La evolución de la competición de Salto en España y su estado actual (Parte 1)

España no es un país de caballos, empecemos por el principio. Me gustaría que esta frase se entienda bien, ya que no quiero dar lugar a malos entendidos. He tenido la gran suerte de viajar a muchos de los grandes concursos del mundo y poder vivir en primera persona todo lo que ello conlleva, viendo la aceptación y admiración que se destilan en esos países. Y por eso mismo, le quiero dar la importancia que se merece al estado actual de nuestra competición en sus dos variantes principales, la nacional y la internacional. Hoy nos centraremos en la nacional. En nuestro país, cuna de una de las razas de caballos más importantes del mundo, el Pura Raza Española, cuyo embrión se gesta en las yeguadas de los califas omeyas y nace después en las Caballerizas Reales de Córdoba, siempre se ha visto al caballo como un animal noble que existe para ayudar al ser humano en infinidad de tareas, pero no como el principal actor de la película. Si hiciéramos la comparativa con países como Inglaterra, Irlanda o Francia, saldríamos mal parados en cuanto a cultura ecuestre y entendimiento del caballo se refiere. En España siempre hemos sido considerados un deporte minoritario, y no hemos tenido nada fácil el poder desarrollarlo en todos sus ámbitos.

Por ello mismo quiero recalcar todo lo que se ha conseguido en los últimos años en cuanto a competición se refiere. El número de concursos y la participación en los mismos ha ido incrementándose en los últimos tiempos de manera casi exponencial, hasta llegar a los niveles actuales. La recuperación de la competición nacional de primer nivel, con la Liga Nacional de Saltos de la RFHE como máximo exponente, ha supuesto una importantísima mejora para nuestros profesionales, que habían visto como los concursos antes llamados “A” y ahora 5*, habían ido disminuyendo poco a poco hasta casi desaparecer, ya que casi todos pasaron a ser 4*. Concursos que suponían la base principal en los calendarios de nuestros jinetes profesionales y que siempre han sido la base sobre la que se sustentaba la alta competición nacional. Madrid, Barcelona, Sevilla, Burgos, León, Salamanca, Valencia, Oviedo, Murcia, por citar algunos, formaban parte de esos seis o siete, incluso ocho concursos “A” que se llegaron a disputar por año. Hemos visto como la iniciativa de la RFHE, liderada por Reyes Martín y con una fuerte inversión económica, y con la inestimable colaboración de Oxer Sport en las cuestiones de promoción, esponsorización y marketing, ha animado a muchos comités organizadores a dar el salto y subir la calidad de sus concursos hasta las 5*. Una acogida que se ha plasmado en el gran éxito de esta nueva liga que ha revitalizado la competición nacional en sus solo dos temporadas de vida. El acierto en la creación de las Ligas Oro y Plata, se puede comprobar en cada concurso. Otra facilidad más para poder viajar acompañado de sus alumnos o de traer caballos más jóvenes que vayan adquiriendo experiencia en concursos de primer nivel, con instalaciones acordes, material bueno y variado, y un diseño técnico de los recorridos dirigido por nuestros mejores jefes de pista. Y sobre todo, el hacer concursos en donde poder sacar un buen rendimiento económico de las clasificaciones, algo que cada vez costaba más. En esas condiciones, bienvenidos sean.

Y los resultados están ahí, solamente hay que ver los números de participación, con más de 200 caballos por concurso, una media de 40 caballos saltando las pruebas grandes de 1.45m y alrededor de 30 matriculados en los grandes premios de 1.50m. Esto supone un salto cualitativo para nuestros competidores, a los que de esta manera se les facilita ese paso intermedio en donde se preparan los caballos para los grandes internacionales. Lo que nos lleva al siguiente punto, la ayuda que ha supuesto para el seleccionador y el entrenador nacional de salto de obstáculos, que de esta manera han tenido una amplia base de resultados sobre los que basar sus decisiones de selección para el equipo nacional. Esto ha llevado a que, sin ir más lejos, la base sobre la que se ha constituido la selección estos dos últimos años del combinado nacional, se haya incrementado de manera importante con nuevos jinetes y amazonas que han conseguido entrar al equipo.

Por otro lado, siguen apareciendo nuevos concursos nacionales que vienen con mucha fuerza, como la nueva Ruta de la Cerdanya en Puigcerdá, con un importante calendario para 2024. Y los ya establecidos, como las diferentes rutas de Sevilla o Gijón, se mantienen con muy buena salud, lo que también es importante para mejorar la competencia y mantener esa amplia oferta de competiciones en nuestro país. La importancia de los comités organizadores para el sostenimiento de la competición nacional es indiscutible, sin ellos no habría concursos, de ahí que cada vez estén más y mejor preparados para conseguir llevar la cultura hípica a todos los rincones de España mediante la competición.

Y para terminar esta primera parte del artículo, también haré mención al Trofeo Princesa de Asturias, recientemente disputado y en donde hemos visto a más de 140 jóvenes competidores, haciendo de este concurso un importante termómetro para la competición nacional en las categorías de menores. Nada más y nada menos que 44 ediciones lleva ya siendo organizado por la FHdM. Los números son buenos y se mantienen año tras año, garantizando una base de jinetes y amazonas que están llamados a ser el futuro de nuestra hípica.

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