El Casco del caballo II: el aparato amortiguador del pie

En este artículo hablaremos del aparato amortiguador del pie de los caballos, el sistema que asegura el correcto funcionamiento del casco.

Pensemos en el impacto producido sobre el suelo por un caballo galopando, esta fuerza que hace temblar la tierra, ejerce de igual forma unas reacciones extraordinariamente violentas sobre el aparato locomotor del caballo. Estas fuerzas de choque que se propagan en el casco, constituyen la fuente del problema.

Es por eso que una de las principales funciones del casco es la de absorber los impactos producidos por la percusión contra el suelo, evidentemente para realizar esta misión sus estructuras deben de ser flexibles, ya que una conformación rígida provocaría una destrucción total de las estructuras en muy poco tiempo. Por esta causa la materia córnea es elástica y blanda, aumentando esta característica a medida que se aproxima a las partes vivas del casco, debido a que su contenido en agua va aumentando. Así la parte más cercana al suelo del casco será más dura (menor contenido en agua) siendo la parte más próxima a la corona más blanda. También se observa una mayor elasticidad en la parte correspondiente a los talones, lo que facilita la expansión de esta parte del casco, esta mayor elasticidad es debida a un adelgazamiento progresivo de delante hacia atrás de la pared, y a un mayor contenido en humedad por la mayor juventud de la córnea a nivel de los talones.

La presión ejercida por el peso del caballo, se transmite a través de los huesos del miembro llegando hasta la tercera falange (ver imagen), en la posición A.

observamos la disposición de los huesos del pie con el caballo en posición estática. En la posición B vemos el momento en el cual el caballo apoya su miembro fuertemente, el casco soporta en ese momento la máxima tensión debida al peso del caballo, el menudillo desciende hasta su posición más baja (casi toca el suelo), sería el momento de la recepción de un obstáculo o en el apoyo de un tranco de galope.

Las extremidades sostienen el cuerpo el caballo como cuatro columnas, los cascos como parte final de las extremidades, constituyen la base. El peso del caballo se reparte entre estas cuatro columnas, estando aumentado en ocasiones por el peso del jinete, la montura, etc. La presión así generada es muy importante, variando de una forma significativa según el peso del caballo y la marcha del animal (paso, trote o galope).

Cuando el pie está sano, se ensancha en el apoyo, sobre todo en sus partes posteriores, ya que todos los elementos que lo constituyen son en principio flexibles y elásticos:

-La Almohadilla Plantar
-Los Cartílagos Alares ó Complementarios
-La Ranilla
-La Pared, que en un casco sano es más delgada en cuartas partes y talones.
-Su altura también disminuye hacia los talones, lo que contribuye a darle más elasticidad, ofreciendo menos resistencia.

Durante la locomoción, cuando el pie se apoya, el descenso del menudillo origina la flexión del articulación interfalangiana distal (Segunda y Tercera Falanges), y un descenso de la Segunda Falange entre los Cartílagos Alares, que van entonces a separarse bajo el efecto de cuña de la Segunda Falange. La Segunda Falange al descender va a ejercer una presión sobre la Almohadilla Plantar, presión que esta última ejercerá sobre la ranilla, obligándola a descender.

Si la ranilla no encuentra apoyo al descender, no podrá realizar su papel de fuelle, permitiendo la expansión de los talones (es el caso de ranillas recalentadas o atrofiadas).

Casco con los talones colapsados (encastilladura), en el cual el sistema amortiguador se encuentra atrofiado.

Obsérvese como la ranilla no toca el suelo por su exagerada atrofia.

Si, en cambio encuentra un apoyo, éste ayudará a la segunda falange a comprimir verticalmente la almohadilla plantar y así aumentará su dilatación lateral, comprimiendo así los plexos cartilaginosos, verdaderas esponjas venosas.

Este movimiento contribuye a acelerar la circulación de sangre en el pie, y así al aporte de oxígeno necesario para la salud de las células. Es por esto por lo que la almohadilla plantar también es conocida como “el pequeño corazón”.

En consecuencia si la ranilla no toca el suelo, los choques son amortiguados exclusivamente, por las laminillas de materia córnea y carne (querafiloso y podofiloso).

Las deformaciones del estuche córneo dependen de la elasticidad de la córnea (determinada por los cuidados recibidos y por el nivel de humedad de la córnea), por el tamaño del casco, por el peso y el tamaño del caballo, por la raza y por el aire en el que está caminando al observar la deformación. Así las presiones ejercidas sobre el pie y las deformaciones del casco aumentan con la velocidad de los aires. Esta última característica es muy importante, ya que la energía del choque o energía cinética, crece proporcionalmente al cuadrado de la velocidad.

El herraje disminuye estas deformaciones elásticas. Las características del suelo tienen un efecto importante sobre ellas. Sobre un suelo duro y liso, solo el borde de apoyo de la pared y ocasionalmente una parte de la ranilla entran en contacto con el suelo. La presión y la tracción sobre el estuche córneo son entonces máximas, así como las deformaciones del casco, en particular las de los talones. Si los pies se hunden en el suelo, la suela y la ranilla se apoyan. Las deformaciones de los talones disminuyen cuando el suelo blando envuelve el pie. Sobre un terreno duro, los cascos se deforman al paso y al trote, más en los anteriores que en los posteriores. Sobre un suelo de arena profunda, se constata una mayor deformación de los cascos posteriores, debido a su papel preponderante en la propulsión del cuerpo. Sobre los pies enfermos y anormales, la tracción sobre las diferentes partes de la pared se modifica, debido a que el apoyo se realiza de una forma asimétrica.

Los órganos elásticos, en virtud de su elasticidad, recobran su forma inicial después de la desaparición de las presiones.

Zonas de frotamiento, debidas a los desplazamientos de la pared a nivel de los talones

A nivel de las dos esponjas de una herradura usada, observamos un fuerte rozamiento que origina una zona brillante y pulida, dicho efecto es originado por el desplazamiento lateral de las paredes del casco, a nivel de los talones, sobre las ramas de la herradura.

En el apoyo, la parte anterior inferior del casco, permanece inmóvil, lo que permite que podamos clavar en esta zona, sin ninguna interferencia sobre el movimiento de elasticidad del casco.

A nivel de los talones, ya hemos visto como la pared se ensancha, por esta razón no debemos clavar, ni colocar ninguna aplicación lateral rígida en esta zona del casco. Por esta misma causa la cara superior de la herradura no debe tener inclinación hacia el interior, ya que impediría la expansión natural de la pared.

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